Hoy vengo para escribir sobre sentimientos, sobre mis sentimientos.
Nose muy bien ponerle nombre a lo que siento, la verdad, así que os cuento!
Sigo dando pecho al rubio y a babyOliver, of course. El rubio al principio demandó más, pero ya hemos vuelto a sólo querer teta para dormir, aunque hay un pero… Esta obsesionado con ellas. Obsesión porque quiere tocarlas a todas horas. Ya sea con la mano, la pierna, el pie… E intento hasta tomármelo con humor, pero hay en determinados momentos que no puedo, que no tengo fuerzas, ni ganas…
Es más, es que para él no son sólo tetas que le dan alimento, yo creo que son algo más, una especie de «tesoro». De echo les ha puesto nombre, el suyo. Y después de chupar un ratito antes de dormir les da un beso a cada una y luego acerca la cabecita durante unos segundos al calorcito de ellas. Esto no lo llevo mal, pero el que me las esté «sobando» en cada momento que tiene oportunidad me resulta abrumador.
Digo tesoro, porque no se como denominarlo. Un día antes de dormir y bromeando con él, maridito dijo que las tetitas eran suyas, y les dio un beso. Madre del amor hermoso!!! No sabéis la que pudo liar, la mirada de odio que dirigió a su padre sumado al llanto desconsolado con el que tuvimos que lidiar. Claro que fue culpa nuestra, porque quizás no deberíamos de haber bromeado con eso, pero quién nos iba a decir que estábamos jugando con fuego!
Esta mañana mientras le cambiaba el pañal para ir a la Ludoteca me las he empezado a tocar con los pies. Le he dicho que no me gustaba, así que me ha dicho cada parte de su cuerpo preguntándome si podía. Y no he podido no reírme porque me ha preguntado hasta por los ojos.
Luego yo se que tengo parte de culpa, pues (ojo al dato el soborno que le hago) quiero empezar la semana que viene a quitarle el pañal, y ya de vez en cuando lo siento para hacer pis en el baño. Lo controla bastante bien, pero es más cómodo hacérselo encima, pues así no pierdes juego. Total que de vez en cuando le digo venga vamos a hacer pis, y si haces pis en el baño te dejo tocarme un rato las tetas. ¿Hola? Se que ess el peor soborno que le puedo hacer, pero se que así no va a fallar. También se que si no me gusta que me toque las tetillas, no debería decirle algo así, pero no somos perfectos, y cometemos errores por todos lados, aquí uno muy claro y evidente.
Así que no, no estoy disfrutando mucho de la experiencia de dar lactancia en tándem. Y no porque no me guste darles pecho, o porque no me guste darles a la vez, de echo tengo unas fotos preciosas que nos hizo maridito un día sin avisar, y me parecen increíbles. Pero el tema «sobeteo» me hace considerarme una mujer objeto total y me impide disfrutar de los momento tan mágicos que podría estar viviendo.
No se si tengo que poner algo más de mi parte, no se si el problema es mío o es de mi cabeza, y tampoco se que nombre ponerle a este «problemilla». Sólo espero que en unos días, meses quizás, todo haya mejorado.
Escribí esta entrada hace unas semanas, pues ya le he quitado el pañal (y nos va genial, por cierto) y parece que no tiene tanta obsesión por la tetas, así que respiro algo más tranquila mientras escribo este último párrafo!